ENTREVISTA

PAMELA PALENCIANO "SI YO NO ASUMO QUE SOY MACHISTA NO PUEDO CAMBIAR"

En el marc dels actes del 25 de Novembre, entrevistem a Pamela Palenciano al Centre Cívic de Can Rull. Uns 250 joves han assistit a una representació per viure de primera mà l’experiència de maltractament i abús en el marc d’una societat patriarcal.

Podeu conèixer millor a Pamela Palenciano en el seu blog https://nosoloduelenlosgolpes.wordpress.com/ o fins i tot veure No solo duelen los golpes en aquesta adreça del youtube https://www.youtube.com/watch?v=VjZ_127lIuk

Tot seguit reproduïm l’entrevista en castellà que és tal i com la vam portar a terme.

-     No sé cómo calificar lo que hemos visto: propuesta, espectáculo, taller...

-      Se llama monólogo “No sólo duelen los golpes” pero yo lo definiría como un diálogo.

-   Vuestro proyecto es duro porque tocáis temas con los que todo el mundo se siente interpelado...

-    Sí, nuestro trabajo es duro porque lo que estamos cuestionando aquí son los privilegios, y para todos los que tengan privilegios esto les va a molestar. Si yo me pongo a hablar de indigenismo, antiracismo a los blancos y blancas les toco las narices. Y si yo hablo a las madres y les digo que “tu como madre estás manipulando a las criaturas”, pues también les molesta. Siempre jode atacar los privilegios de la gente. Pero para mí el primer privilegio del patriarcado es el masculino. En el mundo se hizo la escisión entre hombres y mujeres y este privilegio marca el resto de los otros privilegios.

-   ¿Cómo te definirías, superviviente, víctima?

-    Superviviente me gusta más, pero aún más sobreviviente, porque yo no soy súper en nada.

-    ¿Y los que cuestionan los privilegios por el instinto, como ha comentado un joven durante el diálogo de hoy?

-    Yo no creo en el instinto porque sino seríamos animales, de hecho nos diferenciamos de los animales precisamente por la razón, por la emoción. Si fuera por el instinto se justificaría que la manada presuntamente violase a esa joven. Por eso se llaman la manada, por eso se llaman como animales...

-     Esta propuesta es claramente feminista, ¿cómo ves la lucha feminista?

-     De feminismo tenemos 3 siglos de lucha al lado de 21 siglos de historia de la humanidad, y hace poquito. Y concretamente en la península “histérica” el hablar    del feminismo empezó desde el caso de Ana Orantes https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Orantesy tenemos muy poco tiempo.

-     ¿Feminismo es un colectivo o hay muchos feminismos?

-     Hay muchos feminismos. Conozco el institucional, el de la igualdad, el de la diferencia, y todos ellos me fueron muy bien en su momento. Yo me declaro anarco feminista. Porque parto de un feminismo interseccional, que mira todos los poderes y todos los privilegios y eso lo aprendí en el Salvador porque me pasó por el cuerpo. Y tuve que bajarme del caballo de ser blanca que me costó horrores.

-      No podías trabajar con las indígenas como feminista?

-      Sí, yo creía que era igual que ellas hasta que una indígena me dijo “disculpe pero usted no es igual que nosotras. Yo la quiero mucho, la admiro mucho, hemos hecho muchos talleres juntas pero usted no conoce la violencia como nosotras viviendo en un país primermundista”. Ahí me di cuenta que a mi me pagaban más que una salvadoreña, que me escuchaban más que una salvadoreña, mis propuestas de talleres eran más válidos, que mis colegas lesbianas y salvadoreñas que eran la hostia cuando hacían una propuesta, siempre prevalecía mi palabra. Y vi que me sonaba mucho al privilegio del tío, hasta que me bajé de ahí.

-     ¿Y cómo te bajaste?

-    Cobrando como una salvadoreña, renunciando a cobrar el doble, renunciando a los privilegios. No se pueden hacer las cosas de boquilla, hay que hacerlo. Involucrarme con la gente del lugar, hablar menos y escuchar más. Intento cambiar mi lenguaje, cuando estoy en el Salvador utilizo el código propio del lugar, no utilizo el es que “yo hablo así”, bajo de ahí. No soy una cooperante de 1.500 euros al mes en un lugar que el salario mínimo es de 150 dólares. Yo he perdido mucho dinero pero me siento más libre y más coherente conmigo misma.

-     ¿Qué opinas que las encuestas digan que los jóvenes de hoy son más machistas?

-    Yo cuando leo estas encuestas que los jóvenes son más machistas que sus abuelos, digo quién hace el estudio es un adulto, y el adulto siempre mira el joven como que es más machista que su generación, y siempre hay que reconocer la culpa a alguien y en vez de reconocer que tu como adulto eres machista le echas la culpa a los jóvenes. Siempre he escuchado lo mismo, mi abuela ya decía “los jóvenes sois lo peor” y ahora lo escucho yo con mis colegas de 35 años que los “jóvenes son lo peor”. Esto no va a parar nunca porque el poder siempre echa la culpa al que puede. Como generación nunca asumimos lo que somos. Esta sociedad no cambia porque no asume lo que es. Si yo no asumo que soy machista no puedo cambiar. Si no asumo que soy capitalista, racista... no puedo cambiar, si pensamos siempre que es el otro... como cuenta un proverbio que dice Iván, mi pareja: “cuando tú pones un dedo que apunta hacia fuera, hay tres que te señalan a ti”. Si tú no te miras a ti y miras el que está ahí al frente esto no cambia.

-   Durante el diálogo, tanto tú como tu compañera dejáis claro que sois heterosexuales y que tenéis familia. ¿Si esta propuesta la hicieras como lesbiana sientes que tendrías más oposición?

-    Sería mucho peor. De hecho hasta que yo no abro la boca y digo que soy hetero todo el rato piensan que soy lesbiana y por eso me desprecian con esa mirada. Una mujer lesbiana y cabreada criticando el poder es todo lo peor. Además es para que te digan tú lo que te pasa es que estás “mal follá”, y ahí se callan porque no le puedo decir “mal follá” porque está con un tío, y es la feminazi.

-   Que rabia la palabra feminazi

-   Sí, esta palabra se la trajo Arturo Pérez Reverte para acá, esta palabra la dijo un congresista republicano cuando las feministas gringas querían defender el tema del aborto, no sólo por violación sino cuando lo considerara la mujer, y el congresista lo comparó con el holocausto nazi y dijo “queréis matar a niños”, y de aquí vino “estas feministas son como los nazis” y de aquí a “feminazi”. Y ha conseguido ponerla de moda.

-    Volviendo al tema de dejar claro que eres hetero. ¿Se trata entonces de una defensa?

-    No, es un reconocimiento de mis privilegios. No me quiero poner como lesbiana política porque no me corresponde. Yo puedo poner en mi pancarta “apoya a mis amigas lesbianas” pero entiendo que si yo fuera lesbiana sería muchísimo más bestia esta historia. Pero yo tengo que explicar mi historia.

-    Pero explicas también lo que es estar con un hombre distinto, un hombre latinoamericano.

-   Te digo: si yo no estuviera con él, yo no podría estar con ningún hombre del primer mundo. Tengo mucha conciencia de la desigualdad. Él mismo se da cuenta porque está acostumbrado a detectar cuando es dominado y por tanto tiene una enorme conciencia en no dominar.

-   Uno de los objetivos de tu propuesta es incomodar, me he sentido incomodada, cuando has dicho que los catalanes nos sentimos superiores a los andaluces. No me siento superior a ti.

-   Ni yo inferior a ti, pero hay una historia y hay una “andalufobia”, hay una historia muy fuerte como que somos garrulos, que todo el día hacemos chistes, que echamos la siesta, porque somos del sur, es el norte y el sur. Hay algo muy simbólico, de historia, de mirar Andalucía. Con los grandes artistas que tenemos de teatro, de pintura, hay un arte que no se puede aguantar pero no se nos reconoce, se nos reconoce más fuera como el caso de Picasso y Lorca...

-    Ya, como los negros que cantan muy bien y tienen mucho ritmo

-    Si, pero ya está, luego ya viene el “pero no piensan, son muy artistas pero no piensan... “, hay todo un universo simbólico.

-    Habéis mencionado que formáis parte de la asociación, Nosotras en el mundo. ¿Qué es esta asociación?

-    Nacimos en Radio Vallecas, en el área de la mujer como un grupo de comunicadoras, y con Celia creamos este grupo para que fuera un grupo multidisciplinar, que pudiéramos hacer cosas como teatro. Y el proyecto “nosotras en el mundo” es una red: juntan todos los programas de radio feministas que existen, especialmente también en Sudamérica, y lo intentan agrupar en una única parrilla para que tu puedas ver toda la variedad y así hacemos red.

-    En vuestro diálogo veis la rabia como algo positivo y un camino para los cambios. ¿El camino no sería el amor?

-    El amor me encanta, soy súper amorosa, tierna y sensible pero me gusta reivindicar la rabia, no solo para mí, para todo el mundo. Los hombres sacan la rabia, especialmente contra nosotras, dan golpes en la mesa e intimidan a todo el mundo, y me gustaría que los hombres sacaran la rabia a través de cosas creativas. La estructura en la que vivimos es violenta, y es desigual, y ¿cómo se sale de esto? Con rabia. ¿Qué hace el capitalismo? No quiere que estés cabreado, quiere que te llenes de cosas, compra, compra, compra... y tapes vacíos y no saques la rabia de mil frustraciones, y si es un grupo rabioso, o antisistema ya nos molesta. Puedes ser muy amorosa aunque tengas rabia.

-    ¿Y de aprender a no expresar la rabia también es más fácil aceptar el maltrato?

-   Sí, porque una vez tragas ya tragas con todo. Es como la brújula de la que habla Carol Gilligan en el libro "El nacimiento del placer".

-    Finalmente ¿crees que hay alguna fórmula para acabar con este sistema desigual que tenemos?

-    Hay que legitimizar el dolor de mucha gente, sobretodo de las mujeres. Creo que va a acabar cuando asumamos las cosas, no lo podemos delegar a los de arriba, ni a la ley ni a la educación. Yo no creo en el individualismo de “yo me cambio la vida”, somos interdependientes, necesito que me acompañen en mi proceso de cambio y transformación. Cuando asumamos “ el quiero que me acompañes será más fácil” pero el sistema te duerme.